El mes pasado la Fundación Telefónica lanzó el libro “Youtubers y otras especies” y sinceramente, no he encontrado mejor título para este post que el de esta publicación que reflexiona sobre la realidad que hay detrás del éxito de YouTube, y cómo los “reyes” del canal han cambiado la manera de entender los contenidos audiovisuales.
A lo largo de sus 12 años de vida YouTube ha ofrecido miles de vídeos musicales y algunos de los mejores momentos televisivos. Nos ha permitido conocer los trucos de gamers, recordar recetas de cocina, descubrir secretos de belleza y hasta cómo arreglar tú mismo un canapé, -doy fe-. Entre el sin fin de youtubers encontramos el legado de los “profes” youtubers y de los más ávidos lectores de la Red, los booktubers.
Los docentes “virtuales” están considerados poderosos influencers, pero sus seguidores no copian sus peinados ni estilismos, ni adoptan sus expresiones particulares, sino que a través de sus vídeos, pueden descubrir, repasar y aprender multitud de conceptos y materias. Nociones de Física, Química, Matemáticas o Historia se ofrecen a través de vídeos breves, dinámicos y muy didácticos que permiten a cualquier estudiante con conexión a Internet despejar sus dudas, a cualquier hora, cualquier día, cuantas veces desee.
Sabiendo de buena tinta lo poco que cunde el tiempo libre de los docentes, porque siempre hay que terminar de preparar una clase, valorar porfolios o corregir cientos de exámenes en tiempo record, creo que es necesario agradecer la generosa dedicación de estos docentes. De forma altruista destinan su preciado tiempo a llevar su vocación fuera del aula y difundir su conocimiento a través de Internet.
Su influencia va más allá de sus suscriptores o del número de visualizaciones, supone compartir y hacer universal el conocimiento. En palabras del profesor youtuber David Calle “si damos las mismas oportunidades a todos, el mundo tendrá una oportunidad”. Licenciado en Telecomunicaciones y finalista del Global Teacher Price 2017, comenzó a editar y subir vídeos al ser consciente de que sus clases no eran suficiente para algunos de sus alumnos. Así, tras varios vídeos creó el portal educativo “unicoos”, un movimiento que tiene por finalidad ayudar a superar la desmotivación de muchos alumnos que creen imposible aprobar o superar obstáculos. En él se pueden encontrar todos los vídeos del docente para ESO y Bachillerato, foros donde los propios alumnos se ayudan a resolver dudas, e incluso un chat.
Otros portales educativos destacables son “Khan Academy”, sin ánimo de lucro, creado por el educador estadounidense Salman Khan que añade Economía y Finanzas y Computación a las materias de Matemáticas y Ciencias. Profesores, alumnos y padres tienen cabida en la plataforma “TeacherTube”, una comunidad en la que sus miembros pueden compartir vídeos educativos y recursos (audio, documentos, fotos, grupos o blogs).
Son muchos los docentes virtuales. Desde Colombia, Julio Ríos enseña Matemáticas y Física a través de “julioprofe”; Diana Uribe recuerda la I y II Guerra Mundial y la Guerra Fría en su canal de Historia “cultopedia”; “Eduteca” ofrece nociones de Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Matemáticas, Lengua y Literatura de Primaria; y varios docentes se agrupan en “Un profesor” para enseñar todo tipo de materias desde Primaria hasta conceptos básicos de ámbito universitario.
Además, YouTube ha convertido a jóvenes lectores en booktubers. Desde sus propios “santuarios de libros” y con la ayuda de una cámara, estos “modernos bibliotecarios” informan sobre novedades literarias y recomiendan sus propuestas favoritas, logrando como nadie conectar con los lectores adolescentes. Y es que ya lo decía Gonzalo Alonso en el XI Congreso de Escuelas Católicas. El que fuera Director General de Google Latinoamérica aseguraba en 2011 que Internet facilitaba una comunicación horizontal que nos convierte en emisor y receptor de información, y que esto provocaba una mayor credibilidad de esa información que ofrecen “nuestros iguales”. De este modo, nuestros jóvenes mostrarán mayor interés por leer aquello que recomienden personas de su edad sobre lo que aconsejen sus padres o docentes. De hecho, parece que nuestros jóvenes leen más, así lo muestra el Observatorio de la Lectura, y seguro que parte de la culpa se debe a esa buena influencia.
Podemos decir que los profes youtubers han llegado para suplir la figura de ese paciente hermano mayor que nos explicaba una y otra vez cómo despejar la siempre misteriosa “X”. Por su parte, los jóvenes booktubers son los nuevos amigos virtuales que te aconsejan la mejor publicación que ha llegado recientemente a sus manos. Ambas “especies” cumplen como pocos la frase “dad y se os dará”, compartir sin esperar nada a cambio, solo por el mero placer de ayudar, divulgar y hacer comunidad.
@zoraida_arribas