Qué gran acierto el lema e hilo conductor con el que hemos sido convocados en esta ocasión por Escuelas Católicas: “Ser, estar y educar, con nombre propio”.
«Ser o no ser, esa es la cuestión”. Esta icónica frase nos transporta al soliloquio de William Shakespeare, donde se explora la esencia de la vida y la muerte. En él se profundiza en las incertidumbres, los temores y el coraje humano, los dilemas entre la acción y la inacción, y la búsqueda de significado en un mundo intrincado y desafiante. Estas mismas cuestiones podríamos plantearlas para la escuela católica hoy. Darnos un espacio para repensar lo que somos, nuestra esencia, lo que narramos, lo que ofrecemos y nuestro significado ante la sociedad nos llevará sin duda a actualizar nuestro carisma y misión.
¿En qué aspectos podríamos centrar nuestra reflexión?
La educación es una de las formas más efectivas de humanizar el mundo y la historia. Quizá nos atrevemos a decir que nuestra reflexión durante este Congreso podría girar en torno a algunos puntos que el papa Francisco nos sugirió ya hace tiempo en el Pacto Educativo Global, como la dignidad de la persona, colocar al alumnado como el eje del aprendizaje, la escucha, especialmente a los jóvenes, que tienen tanto que enseñarnos. Debemos fomentar una participación inclusiva donde todas las voces sean escuchadas y la relación con las familias, que son acompañantes vitales en este proceso educativo. Y, cómo no, en los más vulnerables, para que nadie se quede atrás, evitando la cultura del descarte.
Todo esto nos lleva también a repensar la distribución de nuestros recursos y el cómo estamos cuidando nuestra casa común. Para que con cada acción tengamos presente que “Educar es un acto de esperanza” (Papa Francisco).
No temamos despojarnos de antiguas fórmulas de trabajo o “perder” privilegios en este proceso. Estamos en el mejor momento social para reflexionar sobre lo que somos, no solo por los retos que nos plantea la incursión de la IA en todos los ámbitos y el papel actual de la escuela en el proceso educativo, sino también por los cambios tan acelerados que hemos experimentado en nuestros alumnos y alumnas, en cuanto a sus formas de aprender y las nuevas formas de relacionarse que trajo consigo la post pandemia.
El mensaje de Fundación Edelvives para este tiempo está estrechamente relacionado con el Congreso de este año, porque toda nuestra razón de ser es estar y educar junto a ti, escuela católica, “Vinculado Contigo”. Estamos empeñados en fomentar la necesidad de fortalecer los vínculos como un acto de cuidado. No concebimos nuestra labor sin estar unidos a ti. Creemos, como dice, Luis Aranguren Gonzalo que “los vínculos no solo están ahí; los vínculos obligan, nos obligan desde dentro a fortalecernos, a no dejarnos ir a la deriva, a cuidarnos”. Nos sentimos en la obligación, por opción, de estar contigo acompañándote en tu día a día. Nuestra esencia es estar educando a tu lado.
¡Somos por ti!
Juan Pedro Castellano
Director de Fundación Edelvives
Fundación Edelvives es patrocinador del XVII Congreso de Escuelas Católicas