La voz es, según el diccionario, el “sonido producido por el ser humano o los animales cuando el aire es expulsado a través de la laringe y hace que vibren las cuerdas vocales”. Ese proceso fisiológico convierte nuestro cuerpo en un instrumento musical prodigioso. Como de todo instrumento, de él pueden salir maravillosos cantos de sirenas o terribles alaridos, y aunque la naturaleza puede ser más amable con unas voces que con otras, no todo es una cuestión anatómica.
Podemos entrenar y cuidar nuestra voz. La aclamada cantante Rosalía tiene una rutina física y mental para controlar el estado de salud de su cuerpo y especialmente de su voz; en su bolso nunca falta el jengibre y el tomillo para su garganta, por ejemplo. Es decir, que su éxito vocal no es fruto de la improvisación y aunque la naturaleza haya hecho un buen trabajo con ella, no se ha conformado con el regalo recibido y lo ha potenciado. Los profesores sabéis bien de la importancia de vuestra voz, y por eso vigilar su resistencia también es algo fundamental en vuestra profesión.
Pero no se trata solamente de las condiciones físicas de la voz, se trata de cómo la utilizamos para relacionarnos con los otros. La manera de lograr que nos escuchen y una vez conseguido este primer reto, la forma de alcanzar verdaderamente a la otra persona, para encontrarnos con ella y para tener la posibilidad real de transmitirle nuestro mensaje, pasa no solamente por lo que decimos, sino en un altísimo porcentaje por cómo lo decimos.
Puedo decir exactamente la misma palabra y estar transmitiendo algo muy distinto según el tono que emplee. Si digo “cuidado” con cariño a un niño, este sentirá mi protección. Si grito con ira “CUIDADO” llegará mi enfado, si exclamo con horror “cuidado” hablaré de mi miedo.
María Concepción Gordo escribe un interesante artículo sobre la importancia de la voz y se detiene en el término “sonrisa telefónica”, utilizado por las empresas de call center para enseñar a sus empleados cómo comunicarse con los clientes. Y es que, si la voz siempre es importante, lo es aún más cuando es lo único que recibe nuestro destinatario. Así sucede en el teléfono, y así pasa en la radio. En un reciente podcast de “Maestros en la Educación” hablábamos con Alfredo Arense, master en Ciencias de la Información, profesor, locutor de radio y experto en podcast y nuevos formatos digitales, entre otras muchas cosas. Arense es muy consciente de la importancia de modular bien la voz para atraer la atención de tus destinatarios, que pueden ser millones de personas en un programa de radio, miles en un podcast, cientos en un auditorio, unas decenas en un aula o un niño en casa.
El tono, el timbre, el volumen, la entonación… todo cuenta a la hora de transmitir tu mensaje y más si es de audio. Alfredo Arense nos descubrió muchos de sus secretos, que seguro que son de aplicación práctica para tu día a día. Y quién sabe, si vas practicando puede que finalmente te arranques con un podcast de tu centro aprovechando que es un canal emergente al que ya se han sumado muchos colegios con el calor de sus voces hablando de educación.
@victoriamsegura
Directora de Comunicación de Escuelas Católicas