Conocer Guinea Ecuatorial es descubrir otro mundo. Después de más de seis horas de avión, largas esperas entre aeropuertos e interminables gestiones para obtener el visado, te adentras en un país lleno de colores, olores, sabores, costumbres, con ese característico calor húmedo y sus lluvias torrenciales… sin embargo, de repente, parece que estás en casa, escuchas palabras en español… Sí, Guinea Ecuatorial es uno de los dos países africanos donde se habla español (fue colonia española y se independizó en el año 1968) dominándolo el 87,7% de su población según el Instituto Cervantes, aunque también se habla portugués, francés y varias lenguas autóctonas según su etnia y lugar de procedencia. Su religión es mayoritariamente católica (80%) aunque existen otras religiones cristianas y una minoría islámica (4%).
Te sumerges en las calles ruidosas de la pequeña capital, Malabo, ubicada en la isla de Bioko, y conforme te alejas del gentío, de repente, te topas con la selva, pero no una cualquiera, sino una selva frondosa donde a escasos kilómetros habrá que dar cuentas en las barreras militares (con guardias fuertemente armados) de quién eres y adónde vas. Esto también ocurre en la zona continental cuando aterrizas en Bata después de coger un avión de hélices y te adentras al interior del país… Sí, Guinea Ecuatorial es uno de los países más pequeños del continente africano (situado en la parte ecuatorial) y cuenta con territorio continental (limita con Camerún, Gabón y el océano Atlántico) y cinco islas habitadas, siendo una de ellas, la isla de Bioko donde se encuentra la capital (situada a 40 kilómetros de la costa camerunesa y frente al golfo de Guinea).
Tanto en la zona insular como en la continental, las carreteras y autopistas que llevan al interior de las ciudades principales son muy buenas, de asfalto y con indicaciones claras, todas con sus correspondientes puestos fronterizos y barreras, y con sus pequeños puestos de venta en carretera de caracoles gigantes, monos y antílopes, entre otros. La gente es sencilla, amable, te cuenta historias, aunque a veces notas que no te hablan más porque no pueden, o no saben. Las mujeres llevan el peso de la familia (muchas, familias poligámicas) y a veces llevan literalmente el peso en sus cabezas (cestos de fruta, agua, leña, cacahuetes…). Existen playas, pero no existe cultura de playa como la entendemos aquí, sino como un medio de supervivencia a través de la pesca. No se observa miseria, aunque sí pobreza, más en áreas rurales. Ciertamente se vive una aparente normalidad… Sí, Guinea Ecuatorial actualmente tiene uno de los PIB más altos en la clasificación de riqueza en África (por el descubrimiento y explotación de los yacimientos petrolíferos), sin embargo, este dato económico de los últimos 20 años no es coherente con su IDH (Índice de Desarrollo Humano, datos de 2017 de Naciones Unidas) que analiza la educación, la salud y los ingresos. Se sitúa en el puesto 141 (0,591) de 189 países representados, y es uno de los países más desiguales del mundo con un 70% de la población que vive con un dólar al día y con el mismo régimen político desde hace medio siglo.
Han pasado ya más de 400 días desde que asumí la coordinación del proyecto educativo que nuestra ONGD FERE-CECA desarrolla en este país centroafricano cofinanciado por la AECID con la implicación directa del Ministerio de Educación, Enseñanza Universitaria y Deportes (MEEUD) y de la Asociación de Centros Católicos de Enseñanza de Guinea Ecuatorial (ACCEGE). Por un lado, promovemos el fortalecimiento institucional del sistema educativo en Guinea Ecuatorial a través de la asistencia técnica al MEEUD. Por otro lado, acompañamos y capacitamos a través de expertos con diversas formaciones concentradas en cuatro ciudades del país (Malabo, Bata, Ebebiyín y Evinayong). Durante este tiempo ha existido mucha incertidumbre, cambios políticos continuos y, por ende, cambios en el propio proyecto por las modificaciones de la estructura interna del Ministerio de Educación de Guinea Ecuatorial, pero también ha habido muchos avances, mucho aprendizaje, y muchos y positivos resultados. En esta segunda etapa del proyecto, y desde el 30 de septiembre de 2019, se han formado a más de 1.000 personas entre directores, inspectores educativos y coordinadores, y docentes de todos los niveles (Infantil, Primaria, Secundaria y Formación Profesional) en las ciudades señaladas anteriormente. A estos datos recientemente se han sumado las formaciones a los técnicos del MEEUD.
A veces es extenuante tanto papeleo, tramitaciones, requerimientos, subsanaciones, solicitud de prórrogas, reformulaciones técnicas y presupuestarias, publicación de licitaciones y análisis de propuestas, elaboración de contratos, redacción de informes técnicos, planificación y logística de todas las formaciones en Guinea Ecuatorial… Es un proceso complicado, con muchos cambios y modificaciones, actualizaciones continuas, llamadas telefónicas, correos electrónicos, audios y mensajes diarios a cualquier hora del día y de la noche y de cualquier día de la semana para movilizar a tantas personas en un mismo país. Sin embargo, al ver esta fotografía con los más pequeños ecuatoguineanos me doy cuenta de que todos estos procesos largos, complejos, y en ciertos momentos con no toda la seguridad que uno desea (inseguridad en el país, malaria, dengue…), merecen la pena. Por ellos, por más personas capacitadas y críticas, por ser mejores personas y profesionales. Por formar a los que forman, por su efecto multiplicador hacia los más pequeños. Por la transformación de la historia educativa de Guinea Ecuatorial, por la transformación de historias de vida. Gracias.
Laura Ayerdi Zurutuza
Dpto. Cooperación Internacional de EC
@lauraayerdi
La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo.
Nelson Mandela