<<Te confieso que si alguna vez me hubieran preguntado a quién admiras en tu vida, hubiera respondido sin ninguna duda, a ti, Isa. Tu honradez, alegría, solidaridad, sencillez, transparencia, valentía y ser también un torbellino -a veces te llamaba “monja todoterreno” y te reías-, te convirtieron en una mujer EXCEPCIONAL>>.