Nadie vio nada. Es cierto. Ante las creencias y prejuicios, nuestros ojos se han quedado ciegos. Son tantos los mitos culturales que inundan los medios y lo cotidiano, lo que consumimos, que entre planes, protocolos y firmas por la “Tolerancia cero” al acoso escolar, la realidad descansa escondida ante nuestra rutinaria mirada.