La importancia de apoyarnos en una herramienta para gestionar, medir y establecer una hoja de ruta hacia la mejora continua en un centro educativo debería ser una cuestión fuera de toda duda. El sello EC Calidad nos ofrece la posibilidad de un reconocimiento externo a una gestión excelente, transparente, fiable, innovadora y sostenible de nuestros colegios, ya que permite descubrir puntos fuertes y aprovechar oportunidades de mejora. La cultura de la calidad y la excelencia se está convirtiendo en un tema clave dentro de la dirección y gestión de los centros educativos, no es una moda, es una consecuencia de los cambios y transformaciones que estamos viviendo en la sociedad actual.
Mi primer contacto con esto de la “calidad” tuvo lugar en el año 2002. Recuerdo empezar a elaborar procesos, procedimientos, encuestas de satisfacción y documentos varios. Recibíamos formación una vez al mes a través de un asesor que nos hablaba de documentar todo lo que hacíamos en el colegio. Al principio teníamos mucha ilusión porque pensábamos que era necesario realizar todas estas cosas. Fue pasando el tiempo y poco a poco nos sentíamos más cansados y desanimados… ¿y esto, para qué sirve? nos preguntábamos.
Más tarde, conocí el Modelo EFQM y empecé a formarme por mi cuenta. Encontré una forma de trabajar diferente a la que conocía. Gracias a Escuelas Católicas pude conocer poco a poco y en más profundidad el Modelo. Estoy muy agradecido a todos mis maestros porque gracias a ellos he conseguido adquirir mucho conocimiento y muchas habilidades relacionadas con la gestión de un centro educativo, estando siempre en continuo aprendizaje. Pertenezco al equipo de evaluadores de Escuelas Católicas y soy asesor en el Club de Excelencia en Gestión, esto me ha permitido conocer muchos centros educativos y otras organizaciones. Siempre digo que el Modelo EFQM nos orienta hacia una dirección, implica un camino, una manera de pensar, es en este sentido una filosofía, no son una serie de normas que uno pueda seguir de forma ordenada, de principio a fin, y a las que todos deben adaptarse de la misma manera. He descubierto que casi todos los avances significativos aparecen primero como rupturas con la tradición y con los viejos modos de pensar. El crecimiento intelectual se halla en el desequilibrio, y es allí donde se adquieren nuevos conocimientos y nuevas formas de hacer.
Pertenezco a la Fundación Educativa Francisco Coll, formada por 17 colegios ubicados en siete comunidades autónomas. Cuando nace la Fundación, y en un primer momento, se nos plantea el reto de alinear la forma de trabajar de cada centro con la institucional, decidimos apostar por el Modelo EFQM como modelo de gestión de nuestros centros. Teníamos un reto ante nosotros y decidimos afianzar la función directiva basada en modelos de Excelencia, como una forma de asegurar los fines de la Institución.
Apostamos por el potencial de nuestro personal para la formación y el asesoramiento del resto. En 2014, formamos nuestro Equipo de Autogestión en el Modelo EFQM con personas de nuestros centros. Esta forma de trabajar supuso en 2017 un reconocimiento por parte del Club de Excelencia en Gestión como la mejor práctica en gestión educativa. La finalidad era planificar, revisar y evaluar el trabajo que se estaba llevando a cabo y vincular la estrategia y proyectos institucionales con los de los centros. El Modelo nos ha ayudado a profesionalizar la dirección y la gestión de nuestros colegios, nos ha dado la oportunidad de dar respuestas a las nuevas necesidades y expectativas de nuestro entorno y potenciar la colaboración y comunicación con el intercambio de experiencias, conocimientos y recursos.
La sensación es que en los colegios se improvisa siempre. Los colegios excelentes, los que se destacan, los que huyen de lo ordinario son aquellos que han desarrollado una mentalidad abierta, donde no está permitida una actitud de inmovilismo y rechazo al cambio. El gran error y origen de las resistencias, decepciones y percepciones que la calidad conlleva es la excesiva burocracia y papeleo, con miles de documentos redactados y procesos que no aportan valor. Esto es lo que siempre nos han querido vender. Pero nada más alejado de la realidad. Calidad significa acción, hacer cosas, no hace falta registrar o medir todo. La base reside en priorizar lo esencial, en hacer mejor todo lo que se quiere hacer y evaluar y corregir la progresión del centro simplificando y focalizándonos en lo que importa. Nuestras instituciones deben ser proactivas, poniendo en marcha planes y programas innovadores que añadan valor. Es el momento de establecer prioridades, coherentes con el propósito y visión del centro, y elaborar un plan que concrete objetivos, acciones, recursos, personas y tiempos.
El Sello EC de Calidad define una guía, un marco más sencillo y flexible, que nos enseña a reaccionar con mucha mayor agilidad para no dejarnos llevar por un entorno tan complejo como el actual. Una organización educativa puede disponer de recursos de toda índole, pero estos no darán fruto, en ausencia de una gestión sobresaliente. El Modelo da mucha importancia a las personas a través de su compromiso, gestionando con honestidad, respeto y confianza donde la clave está en el desarrollo de una cultura que nos permita trabajar sobre los valores y normas, escritos y sobre todo no escritos, del colegio, como medio para obtener una mayor proactividad. Tener una cultura fuerte facilita el sentido de pertenencia y comunidad, y eso es extremadamente útil para estar unidos y remar en la misma dirección. Todo lo que ocurre en un centro es el resultado de los comportamientos humanos de las personas que lo integran. El modelo de calidad nos muestra la lógica conexión entre el propósito y la estrategia de una organización y cómo esta es utilizada para ayudar en la creación de valor sostenible para sus grupos de interés clave y generar resultados sobresalientes. Debemos ser conscientes de la necesidad de contar con una herramienta de gestión para alcanzar nuestros objetivos. Una buena oportunidad para acudir al Sello EC de Calidad y encontrar inspiración para mejorar.
San Francisco de Asís decía “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo posible y de repente estarás haciendo lo imposible”.
Antonio Luís Maestre
Dirección General
Colegio Ntra. Sra. del Rosario – Paterna