El mundo que habitan hoy nuestros alumnos está cambiando más rápido que nunca, también el acceso a la información es inmediato de una manera que nunca antes fue posible. Las carreras laborales que elegirán nuestros hijos aún no existen, y por eso necesitamos maestros que puedan adaptar constantemente su práctica a las necesidades cambiantes de nuestros estudiantes. Más allá de esto, los maestros de hoy deben ser conscientes de que su función no es transmitir contenido, sino más bien entrenar a los niños para que cuiden y desarrollen su capacidad inherente para la autorregulación de su aprendizaje.
Al mismo tiempo, nos estamos distanciando cada vez más de aquellos que son diferentes de nosotros (tanto en el mundo “real” como en el virtual) y, por tanto, estamos perdiendo la habilidad de escuchar perspectivas que difieren de las nuestras. Como resultado, el mundo necesita maestros que puedan ayudar a nuestros estudiantes a comprender la importancia de la tolerancia, la aceptación y la empatía. Los alumnos aprenderán estas actitudes a través del ejemplo de aquellos maestros que les escuchen y les respeten de forma genuina. Más que nada, nuestros estudiantes necesitan modelos que sean fuente de inspiración y puedan admirar.
Si creemos que todos nuestros estudiantes deben ser estudiantes del siglo XXI, capaces de adaptarse, de asumir el riesgo de resolver problemas de pensamiento crítico, entonces nosotros, como maestros, debemos reconocer primero que estas son habilidades y actitudes que también necesitamos perfeccionar y desarrollar. Para que los maestros entiendan las áreas en las que aún necesitan crecer y desarrollarse, las habilidades de reflexión y autoconocimiento son de suma importancia. Los maestros en el mundo de hoy también deben tener la humildad de saber que pueden aprender de los estudiantes con los que interactúan, y deben creer en la capacidad innata de bondad y crecimiento de sus estudiantes.
A pesar de que estas habilidades pueden evolucionar y llegar a ser otras en un futuro, se necesitan maestros que reconozcan que los valores fundamentales de la humanidad no cambian ni cambiarán. Los maestros que a través de experiencias de aprendizaje guíen a nuestros alumnos a darse cuenta de esta “verdad”, habrán contribuido a hacer de este mundo un lugar mejor.
Kiran Bir Sethi
Ponente del XV Congreso de Escuelas Católicas “#Magister. Educar para dar vida”