“Bendito sea el Señor… por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz”, Lc (1, 67-79).
Leo esta cita bíblica y pienso. Me sugiere esperanza de que hay alguien que siempre te guiará y dará luz cuando tú no vayas por buen camino o no estés en una buena situación, que para todos surge un nuevo sol cada día para indicarnos qué debemos hacer para alcanzar la paz. Me invita a confiar en mis propios pasos y, si alguna vez me desencamino, alguien podría guiarme, como una luz que te sigue y está pendiente para enseñarte lo que debes hacer.
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