¿Has tenido alguna vez la sensación de que todo alrededor de la idea del liderazgo y el acompañamiento está ligado a la idea de problema? ¿Cuántas veces nos hemos visto buscando líderes y acompañantes que sean capaces de resolver conflictos y problemas? ¿Te has dado cuenta de que hemos superpuesto una mirada médica a algunas vivencias que son más complejas que la lógica de los buenos y los malos? En Campus Spínola, creemos que es hora de cambiar esta perspectiva y centrarnos en las soluciones.
Cada vez que enfrentamos una dificultad, una tensión o un dilema, tenemos la tendencia natural a vivirlo como un problema. Esta mentalidad, aunque útil en ocasiones, puede llevarnos a un callejón sin salida cuando los problemas se vuelven inmanejables.
¿Qué podemos hacer en estos casos?
Parece ser que cuando buscamos resolver problemas, nos fijamos en los elementos de eso que está aparentemente roto para ver cuáles no funcionan o funcionan mal. Buscamos encontrar las causas. Esto ha generado una experiencia de indagación en las carencias y las ausencias que muy a menudo tiene consecuencias perversas en la vivencia humana.
Desde la mirada centrada en soluciones la apuesta consiste en buscar la presencia de la solución en cada problema. Ningún problema es totalmente negativo, ninguna situación es totalmente disfuncional. Siempre hay elementos que funcionan bien y que pueden ser aprovechados para generar cambios significativos.
Todos tenemos cualidades, competencias y recursos, todos estamos motivados para estar mejor en nuestras vidas. Si, independientemente de lo que es vivido como un problema, conseguimos conectar con un objetivo lo suficientemente motivador, y con algunos recursos que no estamos usando para alcanzarlo, podemos ver la realidad de un problema diluirse hasta desaparecer, sin que necesariamente nada en la realidad objetiva y observable haya cambiado.
Observar solo lo que funciona y nos puede ayudar no solo es una estrategia, sino una decisión ética que nos permite construir una realidad más positiva. Pues ¿qué problema persiste como tal cuando ya no tenemos obstáculos para lograr lo que queremos?
La mirada sistémica nos aporta otra claridad: busca en este modo de relacionarse los elementos entre sí; en este buscar en las interrelaciones e interdependencias de los elementos antes que en sus cualidades para que, mirando el todo en su conjunto, podamos intervenir con menor fuerza y mayor impacto.
La mirada de sistemas permite convertir problemas inmanejables en tareas que “nos caben en la mano” gracias a la capacidad de cambiar el encuadre, el relato, que nos hemos construido sobre lo que nos ocurre.
En el Campus Spínola te queremos acompañar en tus funciones de gestión, coordinación, tutoría y liderazgo hacia una forma distinta de relacionarte con esos problemas que se resisten, que persisten o que crecen sin que parezca que podamos hacer nada para evitarlo.
Es una forma de preguntarnos por la realidad que vivimos para conectar con aquellos recursos, del pasado, del presente y del futuro que nos pueden ayudar a construir realidades más funcionales y optimistas. Realidades en las que las carencias dejan paso a los recursos; los diagnósticos a los potenciales y la energía pesimista a la motivación por lograr lo que deseamos.
¿Te has dado cuenta de que el liderazgo y el acompañamiento puede estar ligado a la posibilidad y al talento de las personas? ¿Te has dado cuenta de que podemos superponer una mirada optimista y apreciativa a algunas vivencias que son más complejas que la lógica de los buenos y los malos?
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Cristóbal Calero