Basta escuchar un telediario para darnos de cuenta que la educación afectivo sexual plantea un reto a la escuela, no es ninguna #mariconez. En todo se ven connotaciones sexuales, en algunos casos mal comprendidas, como hemos tenido ocasión de ver en la última gala de Operación Triunfo, en la que una concursante se negó a cantar “Quédate en Madrid”, del grupo Mecano, por contener la expresión “mariconez”. Y como se podía esperar, las redes sociales calificaron de “estupidez”, y perdonen la expresión, esta ‘operación’ que ha dado un ‘triunfo’ pasajero a esta participante, pues justamente al grupo que cantó “Mujer contra mujer”, no se les puede acusar de discriminación. Y esta no es de las noticias que nos pueden alarmar, más nos deberían afectar las acciones de “manadas”, las mediáticas y las más ocultas en juegos perversos donde los chicos anotan a cuántas chicas han violentado. Son pocos los casos que saltan a prensa de tráfico de pornografía infantil o abusos con menores culpables implicados, pero quizá comience por el acceso descontrolado a páginas que les llenan de información, y muy poco formativas. ¿Quién aporta los criterios para que los adolescentes puedan digerir todo lo que les llega por los medios de comunicación y, sin duda, no es “lo habitual” de la vivencia afectivo-sexual?

Las series de televisión, sin duda, exageran un fenómeno que desgraciadamente se va haciendo poco a poco habitual entre nuestros adolescentes: la cada vez más precoz iniciación sexual. Más del 60% de chicas afirma que “su primera vez” no fue del todo consentida… y un largo etcétera. Aumentan los embarazos no deseados, a pesar del fácil acceso a los anticonceptivos, o del uso de la píldora del día después.

En la Exhortación Apostólica postsinodal Amoris Laetitia, el papa Francisco actualiza, a la luz de los dos sínodos de los obispos y del magisterio anterior, los puntos neurálgicos de la formación afectivo-sexual desde la perspectiva humanística y humanizadora que nos ofrece la fe cristiana. A ello dedica un apartado “Sí a la educación sexual” (280-286). Al principio del mismo lanza a la escuela este reto del Concilio Vaticano II:

  1. El Concilio Vaticano II planteaba la necesidad de «una positiva y prudente educación sexual» que llegue a los niños y adolescentes «conforme avanza su edad» y «teniendo en cuenta el progreso de la psicología, la pedagogía y la didáctica»[1]. Deberíamos preguntarnos si nuestras instituciones educativas han asumido este desafío.

Desde Escuelas Católicas hemos asumido el reto, y ayudados por los expertos de UNINPSI (Unidad de Intervención Psicosocial de la Universidad Pontificia Comillas), y de profesores de diversas áreas de esta universidad, ofrecemos una formación para educadores en educación afectivo sexual. La preocupación por formarse de nuestros educadores es evidente, el curso se llenó en tres días y estamos preparando una segunda convocatoria, sin duda debemos formarnos para acompañar el desarrollo de la afectividad y la sexualidad de las nuevas generaciones, la educación afectivo sexual no es una #mariconez.

Mercedes Méndez Siliuto, RA
@memesira

[1] Conc. Ecum. Vat. II, Declaración Gravissimum educationis, sobre la educación cristiana de la juventud, 1.