Como docentes, tenemos la inmensa capacidad de inspirar y aportar ideas para promover un cambio significativo en nuestras clases. Una de las herramientas más poderosas es la lectura. ¿Te inspira, te llena, te transmite, te enriquece de conocimientos, te tranquiliza, te motiva, te transforma? Te invito a que hoy 23 de abril, Día del Libro, abras esa nueva página de cualquier obra y te imagines el sinfín de posibilidades que nos ofrece. La lectura no solo nos enriquece, sino que nos permite conectar con nuestro alumnado de una manera significativa.

¿Por qué es importante que los docentes leamos?

En los últimos años, la forma de leer ha cambiado mucho, al igual que nuestro entorno social. Leemos muchas veces en vertical para mantenernos actualizados y, en ocasiones, usamos más el formato digital que el papel. Sin embargo, seguimos manteniendo algo fundamental: ¡el gusto por leer!

Los libros nos mantienen despiertos, nos dan alas para volar en la creatividad y enriquecen nuestros aprendizajes para mantener una mentalidad crítica y reflexiva que nos prepara a nuevos desafíos y cambios. ¡Un buen libro es aquel que no te cansas de volver a leer!

¿Contagias tu amor por la lectura a tu alumnado?

Los cuentos y las historias siempre me han abierto puertas a esa pasión por la educación y en muchas ocasiones, ha sido ese hilo conductor que une infinidad de tareas o actividades, tanto dentro del aula como en actividades no curriculares.

La lectura me genera ese enganche que permite tener ese despertar de curiosidad y motivación, tiene ese gran poder mágico para llevarme a situaciones o lugares desconocidos, de sentir emociones intensas e incluso de cambiar o generar nuevos pensamientos. 

Creando espacios acogedores

En el aula, el espacio de lectura, o como muchos conoceréis, el rincón de lectura, para mí, siempre ha sido “el nido de leer”, un espacio donde el alumnado se ha sentido cómodo y desde los más pequeñines hasta los mayores, lo han reclamado como un momento estrella en su día a día. Este es un espacio que me ha permitido conocer más al alumnado, ver sus intereses e inquietudes, ayudarles a abrir las puertas a nuevos mundos y estimular en muchas ocasiones su imaginación. 

Diseñar un espacio acogedor donde el alumnado se sienta cómodo será la gran idea de donde partir para que despierte esa curiosidad y vea el aula algo más parecido a su hogar. Para conseguirlo, no hacen falta muchos recursos, simplemente disponer de algún cojín y una pequeña alfombra donde puedan sentarse o tumbarse, así como una estantería con una variedad de libros de diferentes géneros y niveles de dificultad de lectura. Además, este rinconcito debe estar en constante renovación, por lo que no hay que olvidar el reciclaje de libros. Pueden compartir, traer y llevarse libros, dejar en la clase los que ya no quieren o necesitan y tener libros clásicos y novedades, en definitiva, un espacio vivo que les permita disfrutar. 

¿Qué te parecería formar un grupo de lectura?

Un espacio donde podamos comunicarnos, mostrar nuestras impresiones, compartir nuestras opiniones y recomendar libros que nos hayan tocado en el corazón, sería para muchos ese lugar ideal donde se ofrece la oportunidad de descubrir nuevas perspectivas a través de las páginas de un libro. Esta idea que te ofrezco es real, ¿pero por qué no ponerla en marcha en mi clase o en mi centro educativo? Tal vez puede ser una idea que permita a los docentes y al alumnado conectar con los libros y poder compartir un aprendizaje muy valioso.

El nido de lectura de mi claustro

Como comentaba, el gusto por leer también puede ser cultivado por nosotros como docentes. A continuación os presento una selección de libros que no solo mantendrán viva vuestra vocación, sino que también estimularán la curiosidad y pasión por la enseñanza. 

Estos libros son algunas de las herramientas valiosas que enriquecen al docente en su conocimiento y en su práctica educativa. ¡Disfrútalos!

  1. Del Pozo, M., Miró, N., Horch, M., & Cortacans, C. Aprendizaje Emergente. Tekman.
  2. Esquirol, J. M. (2024). La escuela del alma. Acantilado.
  3. Furman, M. (2021). Enseñar distinto. Guía para innovar sin perderse en el camino.
  4. García – Valdecesas, P. (2023). No estamos aquí para sobrevivir. Khaf Edelvives.
  5. Goldin, A. (2022). Neurociencia en la escuela: Guía amigable (sin bla bla) para entender cómo funciona el cerebro durante el aprendizaje. Siglo XXI Editores.
  6. López Pérez, C., & Valls Ballesteros, C. (2020). Aprender a preguntar. Guía para docentes y familias.SM.
  7. Menéndez, P. (2024). Educar para la vida. Guía basada en la experiencia para pensar juntos en la escuela que queremos (y necesitamos). Siglo XXI Editores.
  8. Revista Educadores: https://www.escuelascatolicas.es/publicaciones/revista-educadores/
  9. Ruiz Martín, H. (2023). Ideas sobre el aprendizaje sin respaldo científico.
  10. Subirana, M., & Cooperridor, D. (2013). Indagación Apreciativa. Un enfoque innovador para la transformación personal y de las organizaciones. Kairós.
  11. Valle, J. M., Piñona, E., & Manso, J. (2024). Aprendizaje competencial. Teoría, práctica y ejemplos para hacerlo realidad en el aula. Khaf Edelvives.

Cristina Álvarez
Departamento de Innovación Pedagógica de Escuelas Católicas