Hablar de IA en inclusión y en Educación Especial da vértigo, porque todavía no son muchas las experiencias y menos aún sabemos a ciencia cierta sobre los resultados de su aplicación en el aula; pero es verdad que tenemos claro que es una herramienta súper válida, que ha venido para quedarse y que también nosotros tenemos que aprovecharnos de sus beneficios.

Siempre que nos llegan nuevas voces a las aulas de integración o de Educación Especial, suponen un gran reto para nosotros, los docentes. 

En nuestras clases tiene que estar muy claro qué queremos conseguir en cada minuto de aprendizaje, el error en nuestra práctica docente o los pequeños tiempos de inactividad en el aula pueden suponer un caos tremendo que luego cuesta horas reconducir.

Llevar la IA a nuestras aulas, tiene tres caminos

Lo primero de todo, es una gran aliada para los profesores ya que nos ayuda a generar un montón de material adaptado a las necesidades de nuestros alumnos. Sin duda, es una herramienta que nos permite crear en segundos situaciones de aprendizaje totalmente personalizadas, atractivas visualmente y muy variadas. 

Yo sueño con esa IA que a la vez que me crea esas propuestas de actividades, me las cree también directamente con las consignas en lengua de signos y/o en pictogramas de ARASAAC.

El segundo camino de la IA es la integración que tiene en las diferentes herramientas que ya usamos en nuestro día a día y que permiten a los usuarios acceder a información o recursos que de otra forma sería imposible (estar jugando a Minecraft y que las consignas del mundo estén disponibles con lector inmersivo), que una persona sorda con dificultades para la estructuración o uso verbal, meta el texto en IA y le devuelva una carta corregida con una concordancia verbal adecuada; o esas herramientas de accesibilidad, como lectores de pantalla, traducción de texto a voz y subtítulos automáticos que facilitan sin duda el día a día de las personas con discapacidad.

Y el tercer camino es cuando el alumno usa la IA en el aula dentro de situaciones de aprendizaje significativas que le permiten aprender cómo se elabora una narración creando un cuento, hace una canción sobre el proyecto, es capaz de entender las normas de los intercambios comunicativos pudiendo entablar una conversación con uno de sus ídolos… todo eso es maravilloso y nos abre un mundo de aprendizaje significativo y motivador.

Pero quien de verdad se lleva todos mis pensamientos, mis esfuerzos y desvelos, son alumnos como los míos, que también quieren hacer uso de la IA y de todas sus posibilidades, pero no lo consiguen porque no tienen acceso a la lectoescritura, no hay una audición ni un lenguaje oral funcional. ¿Cómo crean ellos un prompt si no tienen herramientas en sí mismos para hacerlo?, ¿cómo usan ellos la IA si no son capaces de pedirle nada?

Es ahí cuando el reto se convierte en realidad, cuando crear un prompt se convierte en el fin, cuando pensamiento y lenguaje se unen para crear situaciones de aprendizaje pedagógicas y rehabilitadoras en las que el trabajo de aspectos del lenguaje como la prosodia, la fonética, sintaxis, semántica… se unen gracias a la ayuda de los pictogramas para hacer realidad el sueño de usar la IA a pesar de no haber lenguaje.

Trabajar la descripción con pictogramas acompañados de la palabra y luego copiar eso en la IA para ver el resultado (cuando no somos capaces de hacerlo de forma oral), crear una actividad donde tenemos que imaginar algo que no existe y darnos cuenta de es posible (cuando solo somos capaces de expresar o dibujar lo que vemos o vivimos)…

Es en estos momentos cuando la IA pasa de ser un reto que vamos a hacer lo posible por aprovechar, a ser una herramienta curricular y rehabilitadora de la audición y del lenguaje que hemos hecho posible que nos acompañe de forma efectiva en el proceso de aprendizaje.

Sueño con una IA en la que mis alumnos puedan meter un prompt con pictogramas o con lengua de signos y les dé una respuesta que ellos también puedan entender.

Decía Peter Pan: “Los sueños se convierten en realidad, si los deseamos lo suficiente”, ¡y yo lo hago!

Noelia Cebrian Marta
Maestra especialista en Audición y Lenguaje y en Educación Especial