Esta estatua de Alexander Milov llamada “Love” y creada para el festival de Burning de 2016 en Nevada, representa la experiencia que he tenido esta semana al realizar sesiones de Godly Play con adultos, narrando, en contenido y forma, como si fuesen niños.

“Pero… ¿no has descrito de alguna manera la espiritualidad del adulto?”, preguntó uno de los profesores, al término del seminario sobre la espiritualidad de la infancia, realizado en el último curso de formación básica de Godly Play. Efectivamente, la espiritualidad es la misma, pero los niños nos llevan ventaja. Los adultos hemos cubierto con una espesa capa de racionalidad capacidades que ayudan a acariciar el misterio que se esconde en lo que nos rodea y en nosotros mismos, como son la imaginación, el estupor, la creatividad, la diversión, la sencillez… y un largo etcétera. Y yo me pregunto… “¿no será por eso que Jesús nos dice que hay que ser como niños para entrar en el Reino de los Cielos (Cf. Mateo 18,3)? “Reino que no es como los reinos de la época de Jesús”, oímos en muchas de las narraciones de Godly Play, pero que tampoco es como los reinos actuales. Quizás por eso el Maestro nos invita a hacernos pequeños, para entrar por la puerta “que lleva a la vida” (Lc 13,24).

Ya mis alumnos de segundo de Bachillerato me decían que les trataba como alumnos de Infantil cuando les llevaba plastilina, ceras y cartulinas para interiorizar textos filosóficos, o responder a cuestiones sobre Dios, el ser humano y el mundo. Y cuando lograban hacer brillar el niño que tenían dentro, agradecían esa luz, casi olvidada, capaz de iluminar nuestro presente.

Anhelo esos tiempos cerca de la infancia, en la actualidad, me toca trabajar poco con niños y formar a sus educadores; pero descubro que las narraciones de Godly Play tienen un potencial que desconoce la exposición magistral. Así ha sido mi experiencia con la narración del ciclo litúrgico expuesta a un grupo de 40 jóvenes educadores hace poco tiempo. Podría haberles desarrollado la historia, teología y praxis del año litúrgico con el PowerPoint que tenía preparado. Este contenido lo tenía programado y preparado hace ya tiempo, lo desarrollamos cada dos años, ya que los profesores nuevos vienen con poca preparación pastoral y lo necesitan para contextualizar las actividades que en sus colegios realizarán en Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua. Pero se me ocurrió hacerlo como si fuesen niños, y sin duda creo que evocarán esta experiencia, cuando este año, el coordinador de pastoral de sus centros, les presente las actividades que tendrán que realizar con sus alumnos en cada uno de los tiempos fuertes del año. Nuestros profesores, igual que los niños, no se formarán a base de conocimientos acerca de Dios, sino con experiencias de Dios, y Godly Play, aunque sea un método pensado para niños, fomenta la experiencia del misterio también en los adultos.

Agradezco de corazón a la Asociación Godly Play de España por promocionar este método de acercamiento a la Palabra de Dios, y a la experiencia de fe.

Mercedes Méndez
@memesira