Las personas somos seres que nos narramos y nos narran. Las historias y las palabras ayudan a conformar nuestro mundo desde que somos niños.

Sin embargo, es el salto cuántico de la oralidad a la escritura y la lectura el que nos regala la posibilidad de ser libres y participar en el mundo. Ellas son una de las llaves para pensar y actuar desde la libertad. La comprensión de los textos y el impulso para escribir de forma creativa unen nuestro lenguaje y pensamiento.

Sin duda, leer y escribir es un placer y un derecho. Un placer que ha de ser vivido como tal y un derecho que se ha de ofrecer a todos y cada uno de nuestros alumnos. Malala nos recordaba que el derecho y el placer de escribir se unen en una fórmula de alquimia a la transformación social. “Un niño, un profesor, un lápiz y un libro pueden cambiar el mundo”, nos dijo, porque aprender a leer y escribir da al niño las herramientas para comprender y entender lo que sucede a su alrededor, de imaginar nuevas posibilidades, y la oportunidad y el poder de cambiar el mundo. 

“Pensar para escribir” y “escribir para pensar”, con intencionalidad, con el objetivo de que los textos nos acerquen a relacionarnos y comunicarnos con los otros. Escribir para otros, además de para nuestra profesor o maestro, que los mensajes lleguen y transformen. “Leer para abrir perspectivas, conocer mundos” y diferentes formas de mirar la realidad.

Pero, ¿cómo hacerlo? Es la fórmula que los maestros quieren aprender a despejar: la lectoescritura y sus múltiples métodos, porque es la base socioemocional de toda una vida. Un número importante de nuestros maestros trabajan y se cuestionan cuál o cuáles son los mejores caminos para llegar a una lectura comprensiva y escritura creativa. No mecánica, no vacía.

Desde Escuelas Católicas queremos ayudar a saber despejar los elementos de “la ecuación matemática”, porque somos conscientes que la lectoescritura abre la puerta al mundo del conocimiento y la cultura, y permite que la persona sea un sujeto activo en la sociedad.

Ante este importante reto, hemos descubierto que independientemente del método lectoescritor que cada docente utilice en su aula y centro educativo, existen bases psicopedagógicas comunes que promueven un buen aprendizaje, mejoran la autoestima y evitan el fracaso escolar. Y vamos a compartirlo el próximo 12 y 13 de abril en Madrid, en la segunda promoción del curso de Lectoescritura. No estaremos solos, para ello tendremos a Maite Vallet y Montse Poyatos, dos mujeres de altura, a pie de aula y vida, que han diseñado su propia historia y nos invitarán a seguir reescribiendo la nuestra.

¿Cogemos un lápiz y un cuento? https://www.escuelascatolicas.es/lectoescritura2018/

Loli García
@loligarciaXXI
Departamento de Innovación Pedagógica