Uno de los pilares fundamentales de Escuelas Católicas es el acompañamiento y asesoramiento a nuestras entidades titulares, en un esfuerzo continuo por fortalecer su identidad y misión educativa. En este contexto, nace Escuelas Católicas 360, una iniciativa que no solo toma el relevo de foros de diálogo que ya estábamos ofreciendo, como el Seminario de Fundaciones y Equipos de Titularidad, sino que amplía su horizonte hacia un modelo de sinodalidad para la comunión, la escucha y la participación activa de todas las entidades.

Hablar de sinodalidad hoy no es solo una referencia a un modelo de trabajo, sino a una forma de ser Iglesia. Escuelas Católicas 360 se inspira en los principios que marcaron la última Asamblea General: caminar juntos en comunión y misión, reconociendo que la diversidad de estructuras organizativas no debe ser obstáculo, sino riqueza en la búsqueda de soluciones comunes.

Además de intercambiar buenas prácticas, el espacio quiere ser una oportunidad para que, como entidades titulares y promotoras de educación católica, reflexionemos sobre el papel que debemos ejercer en un mundo cambiante. La sinodalidad, entendida desde la raíz etimológica del término (caminar juntos), exige superar las dinámicas de aislamiento institucional y apostar por un modelo de gobernanza educativa que integre voces, experiencias y perspectivas diversas.

En este contexto, se plantean nuevos y viejos desafíos. En un entorno educativo marcado por la burocratización, las dificultades de financiación y la complejidad jurídica, parece inevitable que los espacios de diálogo se conviertan en reuniones meramente operativas. ¿Cómo asegurar que la iniciativa fomente una comunión auténtica y no una participación superficial?

Solo podremos responder a este reto si somos capaces de cuestionarnos sobre nuestros medios y nuestros fines para la misión, tal y como nos invita el papa Francisco mediante la propuesta de Pacto Educativo Global. Escuelas Católicas 360 quiere ser un espacio donde las preguntas y el pensamiento crítico tengan más cabida que las respuestas prefabricadas, donde se analice el equilibrio entre misión y gestión, y donde se cuestionen las inercias que, en ocasiones, frenan la renovación pastoral, pedagógica y administrativa.

Una apuesta fundamental de Escuelas Católicas 360, en esta línea, es su estructura en dos momentos diferenciados, que permite abordar temas de actualidad desde una perspectiva general, pero también desde la especificidad de cada área de trabajo. La introducción de grupos sectoriales (jurídico, administración, pastoral, pedagógico y comunicación) responde a la necesidad de descentralizar las reflexiones, adaptándolas a las realidades concretas de cada institución. Está previsto, además, incluir nuevas áreas, como FP, Desarrollo de Personas o Solidaridad, lo que permitirá a las entidades titulares participar activamente en la construcción de una visión compartida, enriquecida por la pluralidad de contextos y desafíos.

Uno de los objetivos implícitos de Escuelas Católicas 360 es que las entidades titulares puedan replicar esta dinámica en sus propias estructuras. Necesitamos crear espacios de encuentro, escucha y participación, promoviendo una mayor cohesión y sentido de comunidad entre los equipos directivos, y que además permitan una apertura de comunión hacia otras entidades titulares y centros educativos del entorno.

La sinodalidad no es un ejercicio teórico, sino una praxis que se construye en el día a día, en los pequeños gestos y decisiones que configuran la vida institucional. Pero un modelo sinodal requiere tiempo, formación y, sobre todo, una voluntad decidida de abandonar viejas dinámicas de poder y control. Esto implica crear entornos verdaderamente inclusivos, donde todas las voces sean escuchadas y valoradas. En un mundo cada vez más fragmentado, donde las instituciones educativas enfrentan presiones externas e internas, este proyecto se erige como un signo de esperanza y renovación.

Sin embargo, su éxito no dependerá únicamente de la estructura que lo sostiene, sino del espíritu con el que se asuma. Si las entidades titulares logran ver en este espacio una oportunidad para crecer juntas, para cuestionarse y para construir redes de apoyo mutuo, entonces Escuelas Católicas 360 habrá cumplido su misión: ser un faro de comunión en el horizonte de la educación católica.

 

Pedro José Huerta Nuño
Secretario General de Escuelas Católicas