“Los pobres mueren antes de tiempo”. Esta afirmación, casi una advertencia, del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez nos sitúa en el valor de la justicia social que celebramos el 20 de febrero. Cuando fallamos como sociedad en la igualdad de oportunidades, la gente muere antes de tiempo. Aun desde una visión crítica, la LOMLOE abre oportunidades para incorporar en la comunidad educativa un enfoque de ciudadanía global para formar personas capaces de hacerse cargo de las vulnerabilidades propias y de los otros, capaces de promover la justicia social. El Pacto Educativo Global (PEG) propuesto por el papa Francisco en 2019 nos impulsa en el mismo sentido.
Cuidar la vida desde la interioridad
Hace unas semanas se celebró el Congreso de CUIDAdanía para dialogar desde distintos sectores sobre cómo caminar hacia una sociedad que cuida y sostiene la vida en su triple vertiente: personal, comunitaria y ecológica. Escuelas Católicas estuvo presente en este espacio con su programa Shamar-Escuelas del Cuidado. En la primera mesa redonda Marta Pascual, de Ecologistas en Acción, señalaba que las escuelas son ahora uno de los últimos espacios en los que las personas se encuentran, se vinculan y conviven.
La profesora Alba Artiaga insistía en que no estamos afrontando como sociedad la necesidad de cuidar y sostener las vidas y hacer posible vivir con dignidad. El cuidado debe proceder de la justicia social colectiva, no del (auto)cuidado del individuo que puede costeárselo. Frente a ello, el Papa nos interpelaba durante la pandemia con esa imagen inolvidable que resuena todavía, a solas en la plaza de San Pedro: “Nadie se salva solo”.
Una dimensión de la crisis de época que padecemos es la de los cuidados, los vínculos, y las relaciones. Afecta especialmente a los mayores, pero también a los jóvenes, presionados hacia el aislamiento y los crecientes problemas de salud mental. Nuestra escuela debe ser un espacio para trabajar la interioridad y desde ahí conectar con el otro y la vulnerabilidad que compartimos todos los seres vivos. El Papa insistía repetidamente sobre la interioridad en el Instrumentum Laboris del PEG.
Cuidar la comunidad aprendiendo a dialogar
La desvinculación desemboca en la polarización social en la que ya vivimos instalados. El Departamento de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal nos invitó a toda la Iglesia durante 2024 a reflexionar sobre estas cuestiones. Al concluir, en la Semana Social de Valladolid, veíamos que la polarización nos va empujando a dialogar cada vez con menos personas, de menos cuestiones, cerrando nuestro círculo a los que únicamente son como yo.
La alianza eclesial Enlázate por la Justicia señalaba que en un mundo polarizado, sin diálogo verdadero, no hay posibilidad de avanzar en la solución de los problemas sociales, por lo que las personas más vulnerables, las que no tienen recursos para “salvarse solas”, sufren las mayores consecuencias. Y se invitaba a cuidar pastoralmente a las personas creyentes que se implican socialmente por el bien común, desde las asociaciones de padres y madres, vecinales, ONG, partidos políticos y otras.
Hace dos semanas el Cardenal Cobo abordaba estas cuestiones en una entrevista e insistía en que la justicia social es nuclear al Evangelio. Y al momento señalaba que la misión de la escuela es ofrecer un proyecto de vida a la infancia y la juventud.
Nuestra escuela debe ser espacio para aprender a dialogar con respeto y cuidado. Aprender a escuchar, especialmente al que es diferente que yo; dialogar para aprender juntos, no para convencer de mi postura inamovible. Y desde ahí, trabajar por sistemas sociales más justos que garanticen los derechos y la dignidad de las personas. En el Congreso La Iglesia en la Educación, hace justo un año, el cardenal Tolentino, del Dicasterio para la Cultura y la Educación, nos invitaba, en consonancia con el Pacto Educativo Global, a “educar en la fraternidad, enseñar a hacer alianzas (pactos), crear redes, cantar en coro, construir puentes”.
Cuidar a los últimos abiertos a sus necesidades
La Educación para el Desarrollo y para la Ciudadanía Global se sitúa en el núcleo de la LOMLOE. Por ejemplo, la Competencia Ciudadana busca que el alumnado logre al concluir la Educación Primaria participar en actividades comunitarias, en la toma de decisiones y en la resolución de los conflictos de forma dialogada y respetuosa con los procedimientos democráticos, […] los derechos humanos y de la infancia, el valor de la diversidad, y el logro de la igualdad de género, la cohesión social y los ODS. LOMLOE y PEG son claros aliados en este sentido.
La ley educativa impulsa lógicamente la formación del profesorado en este sentido, para caminar hacia una mayor justicia social. En este espíritu Escuelas Católicas y Enlázate por la Justicia desarrollamos el programa Transformar desde la Educación con el que se formaron más de 30 docentes para “sacar la escuela al mundo y meter el mundo en la escuela”.
Más de 200 organizaciones eclesiales, junto a otras 700 del resto de la sociedad civil estamos promoviendo la Iniciativa Legislativa Popular de Regularización Extraordinaria de personas migrantes. Esta ley permitiría acceder a los derechos básicos a unas 500 mil personas migrantes, asentadas en nuestros barrios y comunidades, que por irregularidad administrativa quedan sin derechos. En 2023 la iniciativa recibió más de 600 mil firmas, incluidos varios miles recogidas en centros educativos y obras sociales de distintas congregaciones. Porque nuestras escuelas están abiertas a la sociedad, especialmente a las demandas de los colectivos vulnerables. Por supuesto, no hubo unanimidad en los centros, cada miembro de las comunidades educativas en las que se planteó esta campaña tomó una decisión de suscribirla o no. Nuestra escuela puede ser espacio de diálogo, de intercambio de argumentos y de canalización de la justicia social.
La justicia social no está asumida, sino crecientemente cuestionada. Nuestra escuela puede ser espacio de diálogo en la diversidad para fortalecer consensos, espacio para formar generaciones que irán tomando decisiones personales y colectivas hacia una sociedad que cuida de las vulnerabilidades propias y ajenas. ¿No es motivo para celebrar el Jubileo de la Esperanza?
Gonzalo Violero
Secretario Técnico de Red de Entidades para el Desarrollo Solidario-REDES