El mismo Espíritu Santo que movió a los apóstoles a abrir las ventanas y anunciar la Buena Noticia de la salvación el día de Pentecostés (cf. Hechos de los Apóstoles 2,1–47). Aquel mismo Espíritu que impulsó desde dentro de cada cristiano a proclamar el Evangelio “hasta el infinito y más allá”. Ese mismo Espíritu santificador inspiró a la Iglesia, reunida en Sínodo en el mes de octubre, a ser Misioneros en el ambiente digital ofreciendo una cultura de la comunicación impregnada de la sabiduría del Evangelio. Efectivamente, es esta sabiduría la que los cristianos podemos ofrecer en un mundo en permanente cambio, y cada vez más dirigido por una fascinante inteligencia artificial, rebosante de retos y oportunidades.
Esta ha sido la principal de las llamadas que el Espíritu ha suscitado en el corazón de las responsables de comunicación de las congregaciones religiosas femeninas reunidas por la UISG en la última semana del mes de noviembre. Más de trescientas religiosas y laicos, hemos analizado juntos la realidad de este sexto continente, su impacto en la vida religiosa y las diversas presencias de las congregaciones que formamos la UISG en el ambiente digital.
Han sido días intensos de formación, reflexión e intercambio, que hemos resumido en la declaración final que podéis leer en este enlace. Solo quiero destacar, como miembro de una de las tantas congregaciones cuya misión principal es la formación transformadora desde los valores del Evangelio, la llamada a “educar para lo digital y educar a través de lo digital”. Por ello, una de las principales tareas que debemos afrontar es la formación de los educadores, hermanas y laicos, para “fomentar una cultura de la comunicación digital y del pensamiento crítico, independientemente de su edad y función. Aprender y desarrollar un espíritu de discernimiento, esencial en este mundo digital en continua evolución”.
Como educadores no podemos enfocarnos únicamente en el aprendizaje técnico de programas y estrategias comunicativas, debemos establecer certezas, consejos y criterios que orienten el uso ético y la generación de contenidos humanizadores, para que sea posible la utilización de “las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) con conciencia y sabiduría”. Debemos también “conocer las posibilidades y los límites éticos de la Inteligencia Artificial Generativa: educar para la Inteligencia Artificial, educar a través de la Inteligencia Artificial”.
Para ello es imprescindible “construir espacios de colaboración, intercambio de recursos y discernimiento entre congregaciones en el campo de la comunicación”. Compromiso que ha asumido con tanto empeño y profesionalidad nuestro Departamento de Comunicación en Escuelas Católicas, por lo que estamos muy agradecidas.
Sigamos por estos caminos a los que nos conduce el Espíritu, y hagamos también “más visible y conocido el Carisma de Vida Religiosa”.
Hermana Mercedes Méndez Siliuto
Responsable de Comunicación de las Religiosas de la Asunción (assumpta.org)
memesira@assumpta.org – @memesira