Ninguna de nosotras olvidará la llamada de Educaixa: “sois uno de los equipos premiados. ¡Os vais a Silicon Valley!”. También recordaremos de por vida la emoción que sentimos nosotras, nuestros profesores, nuestros amigos y nuestras familias al sabernos ganadoras. Este proyecto y el viaje a EE.UU. nos ha cambiado y nos ha hecho crecer en todos los sentidos: intelectual y personalmente.
Somos María González, Sandra Galiano, Elisa García y Lydia Murillo, alumnas de 4 ESO, y vamos a compartir en este post nuestra experiencia durante este proyecto y los aprendizajes que nos hemos traído de Sillicon Valley, como ganadoras del premio Big Data de Educaixa (Obra Social La Caixa).
Durante el segundo trimestre del año pasado, en la asignatura de Tecnología, Programación y Robótica, estuvimos trabajando con nuestra profesora, Carmen Navarro, el Big Data, que a grandes rasgos es el manejo y gestión de datos en grandes cantidades.
Después de un tiempo Carmen nos propuso un reto: elaborar una noticia acerca del impacto medioambiental de los aparatos electrónicos, y nosotras decidimos hacer esta información sobre los smartphones, ya que son objetos que utilizamos habitualmente y contaminan en mayor medida que otros, y a veces no somos conscientes de ello.
El tema que teníamos que tratar en la noticia no nos pareció demasiado complejo, ya que la contaminación es uno de los de mayor importancia actualmente, y el hecho de trabajar como periodistas de datos nos enseñó cómo coordinarnos y compenetrarnos en el trabajo en equipo, cómo representar toda la información de la que disponíamos y que habíamos investigado previamente, plasmarla de una manera sencilla y visual, a través de la representaciones gráficas variadas y utilizando herramientas y técnicas muy novedosas como Data Scraping, Infogram o Google Data Studio.
Fuimos seleccionadas como uno de los ocho mejores equipos en toda España para participar en un datatón en Barcelona, a principios del mes de mayo. Nos gustó formar parte de la experiencia de vivir un datatón, ya que nunca habíamos experimentado estar en un concurso, solucionando un problema en grupo, en un tiempo limitado y con el objetivo de buscar soluciones factibles y eficaces a una situación real: la sequía en Ciudad del Cabo. Es verdad que también se vivieron momentos de discusiones o desacuerdos, pero supimos escucharnos y solucionar nuestras desavenencias, por lo que el balance fue muy positivo.
Durante los tres días del datatón pudimos realizar visitas turísticas, recibir formación, conocer otros estudiantes de toda España con intereses similares a los nuestros. Nervios, risas, nuevos aprendizajes, en definitiva, días de mucha emoción…
Para analizar y dar solución al reto planteado la organización del datatón nos proporcionó varias carpetas con tablas de datos en grandes cantidades y tuvimos que analizarlos para detectar las causas, consecuencias, posibles soluciones, y nuestras propias conclusiones. La competición fue bastante dura ya que duró varias horas. ¡Aún así pudimos sacar el trabajo adelante!
El último día, con los nervios a flor de piel, expusimos nuestro trabajo ante un jurado profesional del mundo del Big Data, lo que nos valió la nominación como equipo ganador del viaje formativo a Silicon Valley.
¡Qué emocionante momento! En ese preciso instante nos dimos cuenta de que todo nuestro esfuerzo había servido de mucho y la recompensa la tendríamos en apenas unos meses.
Durante el viaje en San Francisco cada una de nosotras se unió como “experta/asesora de Big Data” a una empresa del Desafío Emprende de Educaixa. Esto nos sirvió para adaptarnos a equipos de trabajo cambiantes y profundizar en la escucha activa y en la propuesta de ideas innovadoras a soluciones que ya te vienen dadas.
Nuestras visitas a distintas empresas de Silicon Valley nos sirvieron para conocer de cerca cómo trabajan los gigantes tecnológicos más importantes actualmente y cómo utilizan la tecnología para una mejor personalización de sus productos/servicios, lo que implica una mejora sustancial en la experiencia de usuario.
Destacaríamos nuestra visita a Google en la que aprendimos el valor y la importancia del trabajo en equipo. En Google lo que se hace es crear un grupo grande de personas y a partir de ahí hacer grupos pequeños que compiten entre ellos por resolver un reto propuesto. El grupo vencedor lleva a cabo su idea, la materializa.
Otro aprendizaje del tiempo que estuvimos en Google es la filosofía “learning by doing”. Nosotras pensamos que aprendemos más rápido y mejor “haciendo, que memorizando conceptos”. Dan mucha importancia también a los momentos de descanso de sus trabajadores. Ellos trabajan por objetivos por lo que son libres de decidir cuándo tomarse unas vacaciones. Otra de las cosas que más nos sorprendió fue el edificio y las instalaciones: en el recibidor había un tobogán que bajaba desde la primera planta, había billares y lugares de ocio, también había una cafetería 24h gratuita para los trabajadores.
En Silicon Valley el fracaso no está mal visto: es una manera más de aprender y de mejorar, lo que choca bastante con la filosofía de emprendimiento que existe en España.
El visitar diferentes empresas que nosotras conocíamos de antemano y aprender su evolución en el sector, modo de actuar e historia, nos ha ayudado a tener una mirada mucho más curiosa y una mente más abierta y creativa ya que ahora, siendo consumidores o clientes de estas empresas, nos podemos plantear cuestiones que antes no se nos pasaban por la cabeza.
¡NETFLIX! Esta fue de las visitas que más, por no decir la que más, nos interesó y emocionó. Todas nosotras ya éramos usuarias de esta empresa que tantos momentos de ocio nos brinda a diario. Ahora sabemos cómo tratan nuestros datos y cómo afectan nuestras acciones a lo que la empresa nos muestra en nuestro perfil de usuario, cómo cada decisión es importante, cada segundo cuenta y cada uno somos diferentes para Netflix.
Los perfiles de los empleados eran bastante variopintos, ya que cada uno tenía algo que les diferenciaba del resto y que podían aportar a la empresa.
Destacamos sobre todo el lema: “Freedom and responsibility”, que hace alusión a que los trabajadores deben ser responsables y consecuentes con su propio trabajo y sus decisiones en cada momento. Extrapolado a nuestro entorno del colegio: los estudiantes debemos ser protagonistas de nuestro propio proceso de aprendizaje, dejándonos acompañar por los profesores-mentores, pero asumiendo responsabilidades progresivamente.
En nuestras visitas a las Universidades de Stanford y Berkeley nos quedamos sorprendidas por la importancia que dan a cada estudiante en particular, no solo por su nivel académico, que suele ser lo que más importa a las universidades, sino por quiénes son como personas y por lo que pueden aportar a su comunidad. Lo que les hace felices, sus hobbies, les ayudan a incentivarlos y potenciarlos. El deporte es fundamental en la vida universitaria porque favorece el trabajo en equipo, el esfuerzo y la constancia y ayuda a tener una mente equilibrada en un cuerpo sano. Las universidades dedican el último año de la carrera a orientar a sus estudiantes en la búsqueda de empleo, facilitándoles el camino y ayudando así a que persigan sin miedo sus sueños.
Algo que hemos observado en ambas universidades y que también vivimos en nuestro colegio es el concepto de pertenencia a una gran familia, protegiendo las tradiciones y sintiendo cada victoria individual como una victoria de toda la comunidad.
De este viaje nos llevamos una experiencia inolvidable, momentos que quedarán para siempre en nuestros corazones y aprendizajes que han cambiado definitivamente nuestra forma de ver el mundo que nos rodea y de sentirnos personas más críticas y más libres. Sabemos que nosotros, los estudiantes, tenemos en nuestras manos el futuro y debemos ser responsables en la gestión y uso de toda la tecnología a nuestro alcance.
Desde aquí queremos agradecer a nuestro Colegio Nazaret Oporto todas las oportunidades que nos brinda a diario y que nos ayudan a entender y cambiar nuestra propia realidad.
También agradecemos a la Fundación la Caixa su apuesta por el talento y el potencial que tenemos los jóvenes y por crear programas innovadores específicos para nosotros.
Por último, un agradecimiento especial a Escuelas Católicas por permitirnos seguir compartiendo esta experiencia y animar así a otros colegios a que participen en programas de innovación educativa.
María González, Sandra Galiano, Elisa García y Lydia Murillo
Alumnas del Colegio Nazaret Oporto. Participarán en SIMO 2018