Cuando mis hijos eran pequeños, solía contarles cuentos que me inventaba sobre la marcha. Creando personajes, engarzando historias, enrevesando tramas… Era una eficiente manera de comprobar que, aunque los años pasaban, seguía manteniendo intacta mi imaginación. Ahora lo echo de menos. Quizá por eso, o quizá porque los cuentos nos permiten decir algunas cosas inapropiadas […]

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